miércoles, 18 de noviembre de 2009
Joyce Roessler
Joyce Roessler:"El vidrio como medio ofrece muchos elementos interesantes para trabajar, como la forma de la luz y el color. Como artista, creo que sus posibilidades son infinitas y emocionantes. He estado trabajando con el vidrio caliente desde 1978, y desde 1992 me he centrado en la fabricación de collares y el diseño de joyas de vidrio. Vidrio caliente se refiere al vidrio trabajado en su estado fundido directamente desde el horno. Se trabajar con herramientas de mano en lugar de utilizar los moldes. Las técnicas empleadas en el vidrio soplado a mano son muy viejas y muchas se originan en Murano, Italia. Ahí es de donde viene el nombre de "Latticino", que describe las cuentas que tienen franjas de color sólido en ellas. Las cuentas se hacen con una recopilación de vidrio caliente en el estudio, a veces más de 30 pies de largo. Este es un trabajo muy intenso y por lo general involucra al menos a dos personas. Los tubos de vidrio resultantes son recocidos para reducir el estrés y, finalmente, cortar en rodajas de espesor variable con una sierra de diamante. Un proceso de lapidaria, que toma hasta dos semanas, da a las cuentas su forma final y el acabado, ya sea de superficie mate, brillante o satinado. En mi línea de joyería sólo uso mis propias cuentas, plata y un poco de oro para resaltar el vidrio."
Joyce Roessler:"Glass as a medium offers many interesting elements to work with, such as light form and color. As an artist, I find its possibilities endless and exciting. I have been working with hot glass since 1978, and since 1992 I have focused on bead making and glass jewelry design. Hot glass refers to glass worked in its molten state directly from the furnace. This off-hand blown glass is shaped and finished by mouth-blowing and working with hand tools as opposed to using molds. The techniques employed in off-hand glass blowing are very old and many originate in Murano, Italy. That is where the name "Latticino" comes from, which describes the beads as having solid stripes of color in them. The beads are made by drawing a gather of hot glass across the studio, sometimes more than 30 feet long. This is very intense work and usually involves at least two people. The resulting glass tubes are then annealed to reduce stress and finally cut into slices of varying thickness with a diamond saw. A lapidary process, which takes up to two weeks, gives the beads their final shape and finish; either a matte, frosted surface, or a shiny gloss. In my jewelry line I use only my own beads, sterling silver or gold findings. and goldleaf to accentuate the glass."
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